¿Echas de menos la simplicidad de los juegos de los 90? ¿Esos gráficos simples pero efectivos, donde la dirección artística pesaba mucho más que el trazado de rayos? ¿Te cansan las misiones de recadero que no tienen nada que aportar? ¿O mundos gigantes diseñados únicamente para hacerte perder el tiempo? En una industria más versátil que nunca, con cientos de juegos lanzándose cada mes, siempre hay algo para cada jugador, y si tu respuesta a todas las preguntas de arriba ha sido afirmativa, Graven es un juego que tienes que añadir a tu lista de deseados.
Desempolvando la libreta
Graven es un juego de acción, puzles y exploración en primera persona, que nos pone en la piel de un sacerdote que, exiliado por un crimen que cometimos para prevenir otro, se enfrenta a una muerte segura en un pueblo infestado de extrañas criaturas y humanos de extraña moralidad. En nuestra posesión, un libro de hechizos y un bastón mágico. Así comienza nuestra aventura, y poco a poco iremos descubriendo nuestra misión y ampliando nuestro arsenal.
Graven es un juego parco en palabras, siempre dando la información justa y evitando cualquier tipo de indicador en pantalla. De hecho, no tenemos ni mapa, pero siempre y cuando estemos atentos, encontrar el camino va a ser relativamente fácil. Nos explicamos: el camino «bueno» para avanzar es siempre el nuevo que se abre, y cuanto más avanzamos, más fácil es perderse, si prestamos atención (o incluso si vamos dibujando nuestro propio mapa en un papel), no es difícil saber hacia dónde ir.
El mapa está muy, muy bien diseñado, conectado constantemente zonas nuevas con zonas antiguas y permitiéndonos volver para acceder a lugares a los que no podíamos acceder antes. Acostumbrados a tener siempre una flecha señalándote el camino en los juegos actuales, puede llegar a ser confuso, pero creemos que, siempre y cuando entendáis la propuesta de este título, su diseño cumple con creces. Venir de Tragamonedas Gratis Online
Desempolvando la ballesta
La exploración en Graven se complementa con dos pilares, el combate y los puzles. El combate, en nuestra opinión, es extremadamente irregular. Los ataques cuerpo a cuerpo son una absoluta lotería en la que nos movemos hacia delante y hacia detrás constantemente rezando por darle al enemigo y que no nos dé. Nos parece una ejecución bastante pobre, teniendo en cuenta que incluso podemos hacer bloqueos sincronizados, pero es casi imposible saber cuando un golpe va a impactar.
El combate con armas «de fuego» (todo es fantasía medieval aquí, pero son el equivalente a pistolas, escopetas, etcétera) nos parece mucho más divertido y satisfactorio, aunque, como os podéis imaginar, requieren munición, haciendo que haya que combinar ambos acercamientos a la batalla. Hay algunas ideas interesantes que hacen del combate cuerpo a cuerpo algo más divertido, como un cristal para nuestro bastó que lanza a nuestros enemigos por los aires, pero, aun así, pensamos que hay bastante margen de mejora en este aspecto.
Por otro lado, vamos a encontrar multitud de puzles, generalmente de dos tipos: de entorno y de lógica. Los de entornos requerirán poner cajas en un botón para abrir una puerta, o encontrar la manera de explotar el objeto que bloquea una entrada. Los de lógica van a requerir averiguar la combinación de jeroglíficos con la ayuda de ciertas pistas. No son particularmente memorables, pero son entretenidos de resolver y creemos que hacen un buen trabajo a la hora de dar variedad a la experiencia durante las aproximadamente diez horas que nos ha durado.
Desempolvando la 3dfx Voodoo
En lo visual, Graven es un juego completamente inspirado por la estética de los años 90, sin filtrado de texturas, baja carga poligonal Os los podéis imaginar simplemente mirando las imágenes que acompañan el texto. Tiene también cosas actuales, como la iluminación o soporte para monitores ultrapanorámicos, aunque, extrañamente, también mantiene cosas un tanto chocantes, como tiempos de carga entre ciertas zonas. Artísticamente nos ha gustado mucho, con entornos con muchísima personalidad, así como criaturas creadas por Chuck Jones (Duke Nukem 3D, Half-Life) que, sin ser su mejor trabajo, están a un buen nivel.
Como os podéis imaginar, rinde bastante bien en cualquier equipo medianamente moderno, y, de hecho, lo hemos jugado perfectamente en Steam Deck, ajustando algunas opciones, pero jugando a 40 imágenes por segundo casi perfectas. Dos cosas sobre jugar en Steam Deck. La primera es que el juego no es oficialmente compatible con la máquina de Valve, pero si lo arrancamos por primera vez en el modo escritorio y completamos las instrucciones, a partir de ahí funcionará perfecto desde el modo juego.
La segunda es que el sistema de puntos de guardado es horrible. Básicamente, si morimos aparecemos en el último punto de control que hayamos atravesado, pero si guardamos y quitamos el juego, aparecemos en la plaza del pueblo en la que empieza el juego. ¿Estás peleando contra el jefe de una mazmorra y tienes que irte a trabajar? Mala suerte. Una decisión absurda y frustrante que, jugando en Steam Deck se soluciona medianamente bien al poder hibernar la máquina con mayor comodidad, o incluso usando plugins para congelar los juegos en la RAM. Y sabemos que es relativamente factible hacer esto también con un PC de sobremesa, pero es una decisión absurda y frustrante, en nuestra humilde opinión.
Una aventura de otra época
Graven es un juego con muchas cosas buenas y con muchas cosas no tan buenas. La ambientación, el diseño de niveles, la exploración, su propuesta de otra época se ven lastradas por un combate muy irregular, decisiones difíciles de explicar (como los puntos de guardado), o el diseño de algunas misiones. Aun así, nos lo hemos pasado muy bien con él, y los momentos de disfrute han superado los momentos de frustración. Es un juego muy de la vieja escuela, para lo bueno y para lo malo, así que aseguraos de ir con más paciencia de lo habitual si decidís darle una oportunidad.
Hemos realizado este análisis en Steam Deck gracias a un código de descarga proporcionado por Dead Good Media.